Relato cornudo: Seducida.
Julio aparcó el coche en el parking de la estación de tren de Chamartín y abrió desde dentro el portamaletas del vehículo. Miró a su derecha, donde Chus, su esposa, recogía su bolso y su neceser. Ambos salieron del vehículo y Julio acudió al portaequipajes para coger la pequeña maleta verde.
– ¿No quieres que te acompañe hasta el tren? – preguntó Julio, esperando que su esposa no le obligara a hacerlo.
– No, gracias, la maleta pesa poco y yo puedo con todo – le contestó ella con una sonrisa.
Julio le devolvió la sonrisa y se dispuso a despedirse.
– Bueno cariño, que te lo pases muy bien, aprovecha y diviértete.
Wesooooo